Siguiendo con mi idea de poner banda sonora a Loveland, esta semana os traigo un
pequeño fragmento donde Pablo y Jess se siguen debatiendo con sus sentimientos.
¿Pueden… acaso las palabras acallar los latidos?
La canción elegida para acompañar las palabras es Wall In Your Heart de Shelby Lynne, y hay
que comenzar a oírla casi al final del fragmento, como acompañamiento a la despedida.
♥Las luces del rellano están apagadas cuando las puertas del
ascensor se abren. Pero puedo distinguir su silueta sentada en el suelo, con los
brazos cruzados abrazándose las piernas y la cabeza gacha.
—Esperándote —levanta los ojos, parecen llorosos, aunque no
puedo vérselos claramente en la penumbra.
—¿Por qué?
—Sabía que venías. Grace me acaba de enviar un whatsapp para
decírmelo.
—Me cae bien, Grace —admito sabiendo que no le importará un
comentario positivo sobre su nueva mejor amiga.
—Y a mí, pero no estoy aquí para hablar de ella. ¿Qué tal la
noche?
—Bien, ha estado bien, ha sido una noche interesante, tus
amigas son muy simpáticas —respondo. ¿Y tú, lo has pasado bien con Pet?
—Sí, Pet es genial —baja la mirada, negándome sus ojos.
—Ya lo sé, lo has dicho tantas veces que «es genial» ya
parece su apellido —no puedo evitar recriminarle, aún sabiendo que ella está
aquí en son de paz.
—Tampoco estoy aquí para hablar de Pet —dice tan bajo que
apenas la alcanzo a escuchar.
—Entonces ¿de qué quieres hablar? —me acuclillo ante ella
para poder encararnos.
—De nosotros—. Pero no me mira.
—¿De nosotros? Tiene gracia la cosa: ¿ahora somos nosotros? —y
dale. Otra vez me sale ese tono recriminatorio.
Se ríe sin ganas—. Siempre hemos sido nosotros, Pablo, y lo
sabes. No espero que me entiendas, puesto que es muy complicado entender lo que
yo misma no acabo de comprender, pero… no puedo dejarlo.
—Comprendo y para eso has venido, ¿para decirme que no
puedes dejarlo? ¿No puedes darme una explicación siquiera?
Una lágrima se ha instalado cómodamente en su ojo, destella como
un pequeño lucero en la noche. Puedo verla pese a que seguimos con las luces
apagadas.
—No, y ahora me voy. Buenas noches Pablo —dice levantándose.
Le cazo la mano para retenerla a mi lado—. Jess... —musito
con la boca pegada a su dorso sintiendo la calidez de su piel en mis labios.
Tengo que contenerme para no besársela.
Me clava los ojos, reprimiendo las lágrimas.
No entiendo por qué todo tiene que ser complicado. No me cabe
la menor duda de que ella siente como yo, en lo hondo, donde más se hace notar,
pero sigue empeñada en decir que no.
—No me líes más, por favor, te lo pido por favor. Esto es
muy difícil para mí.
—Está bien—. Le suelto la mano para dejarla ir.
Me pongo en pie y sencillamente espero mientras pulsa el
botón de llamada, las puertas del ascensor se abren y desaparece de mi vista.♥
Feliz Miércoles y Felices Lecturas.
Preciosa la canción. Besotes.
ResponderEliminarMe encanta la pareja que hacen Jess y Pablo, y Pablito es un bombón.
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