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martes, 28 de octubre de 2014

EL SONIDO DE LAS LETRAS (VIII): MUROS EN EL CORAZÓN

Siguiendo con mi idea de poner banda sonora a Loveland, esta semana os traigo un pequeño fragmento donde Pablo y Jess se siguen debatiendo con sus sentimientos. ¿Pueden… acaso las palabras acallar los latidos?

La canción elegida para acompañar las palabras es Wall In Your Heart de Shelby Lynne, y hay que comenzar a oírla casi al final del fragmento, como acompañamiento a la despedida.


♥Las luces del rellano están apagadas cuando las puertas del ascensor se abren. Pero puedo distinguir su silueta sentada en el suelo, con los brazos cruzados abrazándose las piernas y la cabeza gacha.


—¿Qué haces aquí?
—Esperándote —levanta los ojos, parecen llorosos, aunque no puedo vérselos claramente en la penumbra.
—¿Por qué?
—Sabía que venías. Grace me acaba de enviar un whatsapp para decírmelo.


—Me cae bien, Grace —admito sabiendo que no le importará un comentario positivo sobre su nueva mejor amiga.
—Y a mí, pero no estoy aquí para hablar de ella. ¿Qué tal la noche?
—Bien, ha estado bien, ha sido una noche interesante, tus amigas son muy simpáticas —respondo. ¿Y tú, lo has pasado bien con Pet?
—Sí, Pet es genial —baja la mirada, negándome sus ojos.
—Ya lo sé, lo has dicho tantas veces que «es genial» ya parece su apellido —no puedo evitar recriminarle, aún sabiendo que ella está aquí en son de paz.
—Tampoco estoy aquí para hablar de Pet —dice tan bajo que apenas la alcanzo a escuchar.
—Entonces ¿de qué quieres hablar? —me acuclillo ante ella para poder encararnos.
—De nosotros—. Pero no me mira.
—¿De nosotros? Tiene gracia la cosa: ¿ahora somos nosotros? —y dale. Otra vez me sale ese tono recriminatorio.
Se ríe sin ganas—. Siempre hemos sido nosotros, Pablo, y lo sabes. No espero que me entiendas, puesto que es muy complicado entender lo que yo misma no acabo de comprender, pero… no puedo dejarlo.
—Comprendo y para eso has venido, ¿para decirme que no puedes dejarlo? ¿No puedes darme una explicación siquiera?
Una lágrima se ha instalado cómodamente en su ojo, destella como un pequeño lucero en la noche. Puedo verla pese a que seguimos con las luces apagadas.
—No, y ahora me voy. Buenas noches Pablo —dice levantándose.
Le cazo la mano para retenerla a mi lado—. Jess... —musito con la boca pegada a su dorso sintiendo la calidez de su piel en mis labios.
Tengo que contenerme para no besársela.
Me clava los ojos, reprimiendo las lágrimas.
No entiendo por qué todo tiene que ser complicado. No me cabe la menor duda de que ella siente como yo, en lo hondo, donde más se hace notar, pero sigue empeñada en decir que no.
—No me líes más, por favor, te lo pido por favor. Esto es muy difícil para mí.
—Está bien—. Le suelto la mano para dejarla ir.
Me pongo en pie y sencillamente espero mientras pulsa el botón de llamada, las puertas del ascensor se abren y desaparece de mi vista.♥


Feliz Miércoles y Felices Lecturas.

2 comentarios:

  1. Preciosa la canción. Besotes.

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  2. Me encanta la pareja que hacen Jess y Pablo, y Pablito es un bombón.

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