Capítulo XII. Superexcitante y algo más

Hola románticas,

sigo de vacaciones, aún me quedan por disfrutar cuatro días más de sol, playa y mis preciosos niños, pero fiel a mi cita semanal he programado con mucha antelación la publicación del Capítulo XII. Superexcitante y algo más.

Estas páginas, veintiséis para ser exactos, son unas de mis favoritas de la novela, y os voy a contar por qué. Como he explicado en entradas anteriores, Dos Manzanas Para Eva la escribí algo así como hace ocho años, me gustó la experiencia -imaginar los distintos personajes y sus vivencias-, pero tras terminarla nunca más volví a escribir nada hasta ahora, ¿por qué? pues no lo sé, sinceramente, no me acuerdo. Tal vez, lo vi muy difícil y me eché para atrás. El caso es que este año cuando estaba a punto de terminar Sin Alas, empecé a pensar cómo podía enfocar su publicación y se me ocurrió que tal vez era buena idea darme a conocer primero. Y entonces fue cuando me acordé de que tenía un manuscrito inédito en el fondo de un baúl -no es metáfora-, pero también guardaba una copia informática. La leí y cuál fue mi sorpresa que me gustó, y mucho. Me sorprendió, porque apenas la recordaba. Tenía claro el argumento, pero no me acordaba de los detalles; los pensamientos locos de Eva, su desparpajo, las anécdotas que iban pasando, y cuando llegué a este capítulo, que inicialmente eran tres más cortos, casi me parto, porque encerraba tanto de mi juventud que me hizo retroceder de súbito a mi etapa veinteañera. Y en concreto, a las locas salidas nocturnas con mis amigas de siempre. La verdad tengo que deciros que aunque la novela no es autobiográfica -muchos me lo preguntan- contiene tantos guiños a lo que fue mi juventud que a veces siento hasta un poco de vergüenza, porque es como mostrarme al mundo en pelotas, pero no me arrepiento de nada. Lo pasé muy bien aquellos años. Las cosas hechas con cabeza nunca son malas, o al menos no deberían, son experiencias que engrosan nuestro libro de la memoria, enriqueciéndolo, haciéndonos más sabios. Espero que disfrutéis de este capítulo tanto como yo al escribirlo -o revivirlo.

Feliz lectura.